martes, 6 de septiembre de 2011

Cantábrico

Alameda #287
René Descartes en su Discurso del Método (1637) nos invitaba a no admitir por verdadera cosa alguna sin conocerla por nosotros mismos. Ateniéndonos a esta norma general de verificación diremos que si una mujer nos acepta una invitación, ora al cine, ora al teatro, tenemos buenas probabilidades de “anotar”. Además si nuestra invitada presenta un cuadro de sed, y para aliviarla la resguardamos tras la buena sombra que sólo proporciona una buena cerveza de litro, podemos decir que la jugada está completa. Verdad comprobada.
Si usted, querido lect@r se encuentra en el primer paso de la situación previamente descrita, digamos con entradas a una obra en el GAM (Metro U. Católica), le recomiendo fuertemente completar el cuadro llevando a su invitad@ al siguiente sucucho auspiciado por su blog favorito, para cerrar (o abrir) una jornada memorable con su compañía intelectual favorita.

En Alameda #287, a seis pasos (verificados) de la estación U. católica se emplaza el ”Cantábrico”. Con el aspecto de una fuente de soda paradigmática, con sillas empotradas incluidas, este local se alza como un buen sitio para hacer la hora hasta la siguiente función, o bien para comentar las impresiones dejadas por un espectáculo presenciado en el GAM (Válgase como ejemplo de excusas, entre miles, para compartir una cerveza).

Más barato que cualquier otra alternativa en el barrio Lastarria, el Cantábrico ofrece cervezas de litro a $1700 (Escudo-Malta) y $2200 (Heineken). Atendido por tres amabilísimas señoras fumonas, que ofrecen todos los cigarros del mercado, este local es un sitio acogedory familiar, como el mejor crack-house regentado por la vecina del bloque. Dispone de cómodos vasos schoperos para su clientela, lo que es un verdadero respiro del turrerio de vasos plásticos que pululan en los malos bares de Santiago. Para los fundamentalistas del tradicional beber, existen alimenticios vasos de malta con huevo, que hace las delicias de la barra sub 60 que acude a esta picada.

Para el mastique existen, además de las ejecutivas colaciones ($3000, varían según el día), completos a $700, papas fritas ($1700 2 personas/2900 4 comesales), o si quieres hacerte el poronga, por $3600 habilitas una respetable chorrillana para cuatro. Para aquellos parceros abstemios, la bebida (vaso de máquina) corre por $600.

La ambientación no es el punto fuerte del local, con una decoración aburrida y plana, con una tele sintonizada en las teleseries del Mega, habrá que llenar los vacíos con una buena conversación. Los baños no están tan amplios como limpios, pero cumplen honrosamente su función.
Si usted no cuenta con el presupuesto para agasajar a su compañera en las bellas callecitas del barrio artishtico de Lastarria, el Cantábrico es una opción que no lo dejará mal, y que El Barba mediante, le permitirá cerrar el proceso de conquista. Hágame caso, personalmente verificado.

2 comentarios:

  1. la wea buena, el loco que la escribe debe ser un bacano

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  2. Recuerdo, hace unos cuantos años, por eso del mal beber, un bronca descomunal en este bar...

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